Los Borrachuelos, una receta tradicional muy arraigada en la provincia de Málaga


El borrachuelo es un dulce tradicional malagueño que se caracteriza por una masa muy similar a la de otro dulce muy andaluz, el pestiño. Su interior se rellena normalmente con cabello de ángel, aunque también hay quien se decanta por introducir en su lugar dulce de batata. Hay que tener en cuenta que este tubérculo, traído de las zonas tropicales de América tras el Descubrimiento, está especialmente vinculado a Málaga y, más concretamente con la Axarquía, donde encontró un buen campo de cultivo. De hecho, hoy se reivindica la batata de Vélez como uno de esos productos históricos de la provincia. También es frecuente encontrar dos tipos de borrachuelos malagueños según su cobertura. Por un lado están los que llevan azúcar y, por otro, los que usan la miel en su lugar.

En este último caso, la miel se rebaja con agua para que el dulce sea más liviano. En ambos casos, se emborriza la masa una vez rellena sobre alguno de los dos edulcorantes Entre los ingredientes básicos para hacer el borrachuelo, están la harina de trigo, el aceite de oliva virgen extra, el limón, el ajonjolí (o sésamo), la matalahúga o matalahúva (anís en grano), el azúcar, el anís dulce o seco (licor), el vino dulce, el vino blanco, el azúcar o la miel. También hay alternativas con naranja en lugar del limón o el de la canela para dar un matiz más particular. La levadura también puede ser un complemento para dar a la masa una mejor textura. Para el relleno, habría que añadir las dos opciones principales, cabello de ángel (a base de calabaza y azúcar) o dulce de batata. Receta Su receta está hoy muy difundida gracias a las fórmulas que proponen algunos de los Blogs de Sabor a Málaga, como los de ‘Al Sur del Sur’, de Reme Reina; ‘Me sabe a Málaga’, de Ana Abellán; o ‘Kesito’, de Ángeles Ballesta.

La masa se hace con la harina, a la que se le añade el aceite de oliva virgen extra que, previamente, en la sartén ha tomado los aromas del limón o la naranja, el ajonjolí y el anís en grano (estos ingredientes también se añaden a la masa). Posteriormente se amasa bien todo hasta que el resultado se desprenda bien de las manos. Tras dejarla reposar, se estira y se corta en círculos, que se irán rellenando (con cabello de ángel o dulce de batata) y doblando. De esta forma estarán listos para ser fritos. El último toque será el emborrizado en azúcar o en miel rebajada con agua.

Fuente: Sabor a Málaga